Para empezar hay que empezar de cero
De la nada de la nada misma
De la profundidad sin espesor, de la no existencia.
Para empezar hay que empezar de un punto
De una pupila
De un punto desde donde arrastrar la noche
En una casa cualquiera, en un barrio común hay una nena,
No crece ni despierta porque es solo un sueño,
el sueño de una niña soñándose
Las hojas secas la cuidan como guardianes medievales
En esa casa siempre hay olor a maíz
Del ojo de de esa nena nacen soles en una casita que tiene
humedad en el techo
Del ojo nace la humanidad
la casita y la humedad de las paredes
Del ojo de la niña que sueña.
Bien el poeta gallego.
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