lunes, 17 de junio de 2013


CONTAR CUENTOS ES UNIR MUNDOS





José Luis Gallego profundiza en el valor de la narración oral como herramienta de igualación social y estímulo para la creación. Coordina talleres de cuenteros en el Penal de Suárez y en la villa La Carcova.
El hombre se detiene y se sienta sobre una silla de madera; algunos lo esperaban y otros ni siquiera conocían su rostro. No viste disfraces ni porta otros artilugios para la fantasía más que su palabra. Y su historia pronto reverbera en ecos que toman formas propias por voces que aprendieron de él el arte del escapismo y la creación.
“Las palabras son puentes” es un verso del poeta Octavio Paz, aplicado también por Osvaldo Bayer al prologar un libro de relatos escrito por alumnos de la ESB 40, de José León Suárez. Y bajo ese mismo epigrama el narrador José Luis Gallego (42) tiende conexiones entre mundos, pequeños o inmensos, sustraídos de la realidad o fabulados bajo el inopinado calor de lo imposible, para expresar a través de cuentos que “todos los hombres son iguales” y que “hasta en los lugares más escasos de amor hay esperanza”.
“La narración oral  o la cuentería es un arte, un hecho estético y, ante todo, es contar historias con magia y con el otro. Si el tiempo pasa distinto, ahí hay un cuento; y si algo se transforma es que hay arte. La magia del cuentero es que sabe desaparecer para que aparezcan los cuentos”, define.
Gallego considera que escribió sus mejores relatos en séptimo grado, año en que el prestigioso narrador Juan Moreno fue su profesor por tres meses. Pero la simiente creativa durmió durante más de una década y lo atravesó hasta la regurgitación a los 32 años, cuando se desempeñaba como gerente de una imprenta.   “Estaba en un proceso de vender cosas, nada que ver, pero ahí vino un plus de creatividad, y en un mes salió todo lo que había guardado: escribí el libro La existencia es mullidita. A partir de ahí busqué a Moreno, junto a quien encontré un lenguaje y una forma de decir que me eran totalmente nuevas”, recuerda.
Desde hace tres años dirige un taller en la Unidad 48 del Penal de José León Suárez, en el espacio del Centro Universitario San Martín (CUSAM), adonde diez internos asisten voluntariamente. Entre ellos, Martín, el Chapu y Fabián narran cuentos de su autoría y reconocen el orgullo de haber descubierto el arte del cuentero para convertirse en voces para la trasmisión de relatos.
Gallego coordina a su vez por segundo año consecutivo encuentros semanales en la villa La Carcova, donde “los chicos se enganchan con los cuentos hasta puntos que parecían imposibles”.
Para él, “la palabra es como una herramienta, el medio es la imaginación y el puente tiene que ver con el afecto que viaja a través de la palabra y llega al otro. Cuando contás una historia en un lugar que está separado, una isla, una cárcel o una escuela, los lleva a una época donde los continentes estaban unidos y éramos todos iguales. Así las palabras establecen puentes”. “Al contar y escuchar cuentos las diferencias y la violencia quedan afuera, y en el interior sobreviven las personas originales con la esperanza”, dimensiona.
Actualmente también trabaja para el área de Cultura del Municipio, en el grupo Titiribióticos, en la compañía de cuenteros El viajecito de Felipe y en presentaciones independientes. Además proyecta la publicación de un libro de cuentos con ilustraciones de artistas (en www.cuentito.com está disponible su material y su agenda de funciones).
“Existen entornos donde hay mucha escasez de amor, y las palabras nos llevan a un lugar distinto. Es evasión o escaparnos, pero también es la necesidad de creer en el mundo mejor que queremos. La narración nos permite conectar mundos”, reflexiona.

Fuente: http://diarioecos.com.ar/2013/06/17/contar-cuentos-es-unir-mundos/

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